Utilizando frecuencias extremadamente bajas, la tecnología altera radicalmente la forma en que nos acercamos a los elementos.

Utilizamos frecuencias presentes en el campo electromagnético del planeta Tierra que van desde 0,000001 a 99,999999 Hz.

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A partir de la información contenida en la tabla periódica, creamos un algoritmo que calcula la secuencia de frecuencias que se deben utilizar para distanciar o acercar los átomos de un determinado "conjunto de átomos" (molécula química o biológica).

Debido a la distancia o aproximación interatómica, se observan los efectos.

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Cada "conjunto de átomos" tiene una configuración única y requiere una secuencia de frecuencia única para que se produzca un distanciamiento o aproximación interatómica.

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El tiempo de aplicación de cada frecuencia también es decisivo para el éxito del tratamiento.